Obra de teatro inspirada en «Hamlet» de William Shakespeare.
TEXTO 1
Yo no soy un juguete. Yo soy una mujer. Una mujer que en otras circunstancias hubiese querido ser madre. Pero ante sus ojos soy la puta de Dinamarca. La mujer impía. La hija que deshonra a su padre. La niña que regala su virginidad. Viciosa. Desleal. Impura. Sucia. Pecaminosa. Vulgar. Lujuriosa. ¿Y qué me importa a mí si soy todo eso? El amor era tan fuerte que reventaba mis entrañas. No quiero seguir siendo Ofelia porque Ofelia es una niña cobarde que no se atrevió a ser mujer cuando el amor le sacudió el cuerpo.
TEXTO 2
Sacad una última foto a la princesita de las venas cortadas. La muñeca de trapo con la boca cosida que no quiso parir al heredero de Elsinor. Nadie dedicó un momento a conocer a la mujer llamada Ofelia. Para la historia siempre seré una princesa que se ahogó en el río porque tenía los labios cosidos. Nadie supo que Ofelia murió ahogada con un cachorro en su vientre. Múltiples Ofelias suicidadas; lanzadas al Danubio, al Rhin o al río Ebro. Bajo las aguas los cuerpos de los niños que no nacieron y en la superficie los que buscan a sus madres, pero sin encontrarlas. En el mundo real: putas, muñecas rotas, locos, asesinos. Personas destruidas, ahogadas por el poder. Ningún habitante de Elsinor mira a la verdad a la cara. Sin embargo, solo se dice que algo huele a podrido en Dinamarca. Mientras se dibujan bonitos cuadros de estanques con nenúfares. Flores blancas que esconden a lobas desgarradas, silenciadas, yertas en las oscuras aguas en donde ya no caben más cadáveres. El silencio quebrado por la voz de un pelícano que intenta acallar el graznido de los cuervos.