FRAGMENTO 1

Cuando las personas se acercan, tú no ves el arma en sus manos y un día, de repente, te levantas con el cuerpo empapado de sangre y te preguntas cómo no pudiste ver el arma. El arma de las personas es invisible porque todos tapamos los espejos con un paño negro. No nos miramos para que los demás no vean el arma que escondemos entre las piernas.

FRAGMENTO 2

¿Sabes por qué un soldado lleva siempre un jazmín blanco en el bolsillo? Porque cuando el cuerpo se marchita, el olor se vuelve insoportable, se te mete en la boca, en la nariz, y entre los pulmones; el soldado huele profundamente el jazmín y se restriega los pétalos por el cuerpo y durante una milésima de segundo piensa que lo que huele a jazmín es el cuerpo que vuelve a la vida.

FRAGMENTO 3

A veces abrazamos el dolor y nos cuesta respirar. A veces nos miramos en el espejo para descubrir en qué nos hemos convertido. No eres ni blanca ni negra. Eres una superviviente. Con un corazón que, a pesar de todo, sigue latiendo. Un corazón que parece un colador, pero que llena el hueco que tenemos en el pecho. Y un día el corazón late más deprisa. A riesgo de parada cardiaca. Y ya no te sientes un violín sin cuerdas. Eres uno más del cuarteto, tocando las cuatro estaciones de Vivaldi.